martes, 14 de septiembre de 2010

LA SEXUALIDAD EN LA TERCERA EDAD

La Sexualidad.
La palabra evoca afecto, comunicación y juventud. La combinación de sexualidad y geriatría pudiera llevarnos a reaccionar con ideas de frustración, imposibilidad e impotencia. La función sexual se ha definido como un proceso de integración emocional, corporal, intelectual y de aspectos sociales, donde la sexualidad es la conducta que asume el individuo con relación a su sexo.

La sexualidad geriátrica puede ser definida como una "expresión psicológica de emociones y compromisos, que requiere la mayor cantidad y calidad de comunicación entre compañeros, en una relación de confianza, de amor, de compartir placer con o sin coito".

La sexualidad incluye todas las formas de expresión, desde la aproximación, el tacto, la intimidad emocional, la compañía, la masturbación y no solamente el coito. Es una parte importante y siempre posible entre el hombre y la mujer, que en la vejez debe continuar siendo una fuente de placer y no una fuente de inquietud y frustración.
El envejecimiento de la población mundial plantea la necesidad del estudio de todas las actividades que mejoren la calidad de vida del anciano.

Los recursos gerontológicos actuales permiten junto a los de la Sexología: 1.- Redimensionar la Sexualidad del anciano hacia una revalorización de su función erótica y placentera.
2.- Promover programas de Educación en Sexualidad y Afectividad tanto del anciano como de la sociedad, haciendo hincapié en los derechos sexuales de los ancianos.
3.- Ampliar las expectativas de aprendizaje de los ancianos en Sexualidad, Afectividad, Autocuidado, Mutuocuidado.

¿ Es problemática la sexualidad del anciano ?

Los temas problemáticos de la sexualidad del anciano son los referidos a:
1.- La menopausia y la Andropausia
2.- Cambios psicofisiológicos
3.- La pareja y la viudez
4.- Las enfermedades
5.- La terapéutica y la iatrogenia
6.- La regresión sexual del anciano

Terapia conyugal en la tercera edad.El anciano tiene derecho, al igual que las parejas jóvenes, a redimensionar el vínculo amoroso y social del matrimonio, mediante los recursos de la terapia sexual, así como las medidas de gerocultura, aprendizaje, educación y resocialización.
Abordar la pareja de ancianos como una unidad para la reelaboración de un nuevo compromiso, que contemple las cambiantes necesidades y exigencias que les plantea la realidad propia de su edad.

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